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Leí “Cincuenta Sombras de Grey” y fue peor de lo que pude haber imaginado
Cincuenta Sombras de Grey es la glorificación de una relación abusiva


Por: http://www.hypable.com/fifty-shades-of-grey-book-review/ | Fuente: La opción V



Pensé que lo peor de Cincuenta Sombras de Grey escrita por E.L James sería la culpabilidad de su mala escritura. ¡Oh Dios, cuán equivocada estaba!

Tengo una confesión que hacer: Hasta hoy yo sabía muy poco sobre Cincuenta Sombras de Grey, aparte de lo inevitable. Crepúsculo es uno de los pocos libros en mi vida que no he sido capaz de terminar, en parte debido a la relación emocionalmente abusiva entre Edward y Bella. Como tal, tenía tan poco interés en este éxito inspirado en Crepúsculo que activamente me desconectaba cada vez que alguien lo mencionaba, o veía una nueva noticia al respecto. Incluso escribí acerca de todas las cosas que preferiría hacer antes de ver la película de Cincuenta Sombras de Grey… y leer el libro era lo número uno de mi lista

Esto es lo que sabía antes de leer el libro: La Trilogía Cincuenta Sombras de E.L James fue una pieza mal disfrazada de un fanfiction de Crepúsculo, ocultada como una historia original. Cuenta la poco convencional historia de amor entre Christian Grey y Anastasia (cuyo apellido no se había registrado), que estuvieron involucrados en una relación sadomasoquista, representada con un montón de escenas de sexo mal escritas. Imaginé que mi opinión podría tener un aspecto alegre, un poco de humor frente a lo terrible que puede ser un best-seller.

Esto es lo que ahora sé: En comparación con los otros aspectos muy problemáticos, la mala redacción en Cincuenta Sombras es casi bienvenida, porque en el fondo, Cincuenta Sombras de Grey es la glorificación de una relación abusiva, que la autora asegura que es una historia de amor, y no hay nada de gracioso con esto.

Bueno, ¿y quiénes son Anastasia y Christian? Al igual que Bella en Crepúsculo, Anastasia es un personaje vacío, diseñado para ser lo suficientemente soso como para que las lectoras se pongan en su lugar. Una chica torpe con baja autoestima, es un estereotipo andante. Se muerde el labio, murmura y farfulla, mira hacia abajo y se sonroja. Nota a pie de página: ella dice “Oh my” más de 70 veces en el libro, lo cual es un promedio de casi tres exclamaciones por capítulo. Ana no tiene identidad personal o sexual antes de conocer a Christian, y él consume rápidamente su vida. Cumpliendo las fantasías sexuales tanto de Madonna como de una prostituta, ella es una virgen sumamente inocente que pasa a desarrollar un apetito sexual insaciable solo por Christian y, sorprendentemente, no tiene reflejo de vómito. Que afortunado es Christian Grey.



Ana ciertamente no le está haciendo ningún favor al feminismo, pero tampoco es el personaje más misógino que he leído en mi vida. Christian Grey, por otra parte, es completamente despreciable. El problema es que la autora E.L. James nos prepara para llamarlo nuestro héroe. Un incomprendido y dañado héroe, pero un héroe a fin de cuentas. Se espera de nosotras, al igual que Ana, que nos sintamos mal por él, y que la animemos a salvarlo. Bueno, un rotundo NO a eso.

Cincuenta Sombras puede ser leída desde la perspectiva de Ana, pero como el título deja claro, es totalmente la historia de Christian. La autora nos informa que a los 15, Christian fue víctima de violación y abuso de menores por parte de una de las amigas de su madre, con la que se ha mantenido en contacto siendo adulto. Ana muestra cierta repugnancia sobre esto (aunque muchas veces simplemente está celosa de la historia sexual de Christian). Sin embargo, Christian desestima sus preocupaciones como evidencia de sus celos o inocencia, así como la incomprensión de la maravillosa relación que sostiene con su abusadora de menores. Esto es sólo el principio de la representación problemática que James hace sobre el consentimiento.

La dinámica de poder en la relación de Ana y Christian imita la de él y su abusadora. Christian es controlador, celoso, y obsesivo con el poder. Rompe el teléfono de Ana y la acecha hasta encontrar sus direcciones y las de su madre, actitudes que son minimizadas como bromas o que están destinadas a comunicar “su cuidado” por Ana. Cuando Ana se desmaya borracha, él la lleva a su habitación de hotel sin su consentimiento y la desnuda mientras está inconsciente. Él admite que se excita sexualmente cuando ella le dice que no.

Luego, en el capítulo 12, Christian viola a Ana. Leí este capítulo dos veces, segura de que algo había pasado por alto. ¿Cómo es que no sabía nada de esto? ¿Estaba ésta escena en la película? Es que no hay otra forma de interpretar la escena. Ana le envía a Christian un correo electrónico que puede ser entendido como una ruptura con él, y en ese momento él va a su casa y la sujeta a la fuerza, violentándose sobre ella incluso después de que ella ha dicho “No”. El monólogo interior de Ana nos informa que ella en realidad está diciendo “no” porque está preocupada de que sus pies huelan mal cuando él le quite sus zapatos (después ella busca una vía de escape), pero Christian no tiene forma de saber esto. Aunque ella rompe en lágrimas después de que él se va, luego se muestra que ha disfrutado la experiencia, lo que supongo es la manera en que James me informa a mí que al final de cuentas todo está bien.

Cuando Ana le dice que su mensaje era una broma, Christian responde: “Sólo ciertas cosas son divertidas, Anastasia. Pensé que decías que no, no hay discusión en absoluto”. Esto, al parecer, es razón suficiente para entrar en la casa de su ex novia y violarla. Esta secuencia nunca se menciona de nuevo.

Quiero ser muy clara. La relación de Ana y Christian no es admirable, o romántica, o incluso vagamente consensual. Se trata de una relación sexual y emocionalmente abusiva que la autora espera nos deje con la boca abierta. Christian utiliza tácticas de abuso para garantizar que Anastasia cumpla todos sus caprichos y deseos: él la amenaza físicamente, cambia de estado de ánimo tan rápidamente que ella está constantemente fuera de balance o inestable, le hace sentir que él es el único que puede hacerla sentir especial, la aleja de los pocos amigos que ella tiene por lo que se ve obligada a confiar solo en él, y le hace pedir disculpas por sus propios sentimientos o preocupaciones. Él la pone en una posición en la que ella siente que no puede decirle que no, ya sea sexual o emocionalmente, y en la que se siente afortunada cuando él se las arregla para actuar como un ser humano normal.

En un momento Ana realmente piensa: “Ahora me siento como un recipiente, un vaso vacío que se llena a su antojo”. Es extraño e incómodo ver con qué frecuencia James hace que Ana sea consciente de cómo debería actuar para protegerse a sí misma, tan sólo para descartar esa consciencia por su aparente amor hacía Christian.



Christian aspira a tomar el control de todos los aspectos de la vida de Ana, de sus entrenamientos, de lo que come y con qué frecuencia (en serio, su obsesión con la comida es espeluznante), de lo que viste, e incluso si le es permitido masturbarse (no se lo permite). Lo hace utilizando la premisa principal del libro —sus negociaciones sobre el contrato dominante/sumisa— aunque hay que señalar que todos los compromisos que Ana asume se realizan en el marco que Christian ya ha establecido previamente. Debe adaptarse ella misma para adaptarse a él, nunca al contrario.

Cuando ella le dice —por correo electrónico, porque en persona es incapaz de comunicarse honestamente con el hombre con quién está en una relación— que él la hace sentir “degradada, maltratada y agredida”, él le dice: “¿crees que podrías abrazar esos sentimientos y lidiar con ellos, por mí? Eso es lo que haría una sumisa”. Así es, Ana, aplasta esas emociones porque en éste momento no son convenientes para Christian.

El retrato de su relación sadomasoquista no es sólo poco realista, sino perjudicial. En lugar de ser un acto de confianza, amor y comprensión, es simplemente otro mecanismo a través del cual Christian puede controlar a Ana. Está obsesionado con poseerla, ser dueño de ella, y reclamarla como suya. Es el acto más flagrante de objetivación que recuerdo haber leído. Cuando pienso en la crítica humorística que tenía la intención de escribir, me enferma.

¿Y qué hay con el resto del libro? Para ser justos con mi yo pre-Cincuenta Sombras, la escritura fue previsiblemente mala. Pensarás que estoy inventando estas líneas, pero te aseguro que aparecen en el libro: “Mi diosa interior está bailando merengue con algunos movimientos de salsa”; “Pensaba que el sexo que tuvimos fue como un brownie de cobertura de chocolate, con una cereza en la parte superior. Pero bueno, ¿qué sé yo?” y, quizás la mejor, “Finalmente, mi bulbo raquídeo recuerda su propósito, respiro”.

Incluso si se puede obviar el aspecto abusivo (y yo no puedo, pero bueno, vamos a tratar para el objetivo de este ejercicio), las escenas de sexo son tan torpes, poco prácticas, y a veces prácticamente imposibles, que me pregunto si esta autora ha tenido realmente sexo de algún modo. Anastasia es invariablemente excitada por Christian cuando tira del lóbulo de su oreja y lame sus pies, pero bueno, cualquiera hace eso por ti. Sigo sin saber cómo estas escenas de sexo han logrado que este libro sea amado por tantos lectores en todo el mundo, pero no se puede discutir con los gustos o la misoginia internalizada que nos hace pensar que las relaciones abusivas están bien. Además, a pesar de que él es el aparente experto en el sexo, tal vez alguien debería decirle a Christian que las mujeres todavía pueden quedar embarazadas durante sus períodos (y que sacar el tampón de otra persona es sencillamente asqueroso, así que por favor no lo haga).

El final de Cincuenta Sombras de Grey es también el fin de la relación de Christian y Ana (aunque, alerta de spoiler, hay dos entregas más así que adivina cuánto dura). No es exactamente el momento digno de alegría que puedes estar esperando. Esta no es la culminación de Ana reconociendo y zafándose de una situación de maltrato; más bien, ella se va porque le ha fallado a Christian, porque no lo puede arreglar o cumplir con sus necesidades. En esta situación, se espera entender que Ana es el “fracaso total”, no su violador y abusador. Me gustaría esperar que los libros dos y tres traten con los cargos penales que ella levanta contra Christian y su lento camino hacia la recuperación a través del apoyo emocional de sus amigos y familiares, y la búsqueda de ayuda profesional, pero tengo la sensación de que me van a decepcionar.

Entonces, ¿por qué todo esto importa? Cincuenta Sombras de Grey ha vendido más de 100 millones de copias en todo el mundo y ha sido traducida a 52 idiomas. La película espera tener un gran fin de semana en la taquilla, y la adaptación de las dos secuelas de James (Cincuenta Sombras Más Oscuras y Cincuenta Sombras Liberadas) está probablemente en camino. A través del éxito popular de sus libros, E.L. James normaliza este tipo de relación abusiva, incluso haciéndola algo que los lectores aspiran a tener.

Me estremezco al pensar en las mujeres u hombres que desean y esperan encontrar su propio Christian Grey.







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