Benedicto XVI, el Papa del diálogo
Por: . | Fuente: Analisis Digital

24/01/2011
Estamos en plena Semana de oración para la unidad de los cristianos. Benedicto XVI ha hecho del ecumenismo un punto central de su pontificado. De hecho, se han producido importantes avances, sobre todo en relación con las Iglesias Ortodoxas y con la incorporación a la Iglesia católica de antiguos anglicanos. Se ha disipado así el equívoco de que el ecumenismo consiste en un diálogo interminable para crear lazos de amistad, pero sin referencia al objetivo último de la comunión plena de los cristianos.
El diálogo que impulsa el Papa es mucho más exigente. A un lado, quedan los intereses de cada cual. La vía es la conversión personal, porque no se trata de buscar un consenso negociado, sino de ponerse humildemente a la escucha de Dios para discernir Su voluntad.
No hay verdadero diálogo de espaldas a la verdad. Lo enseña el Papa en su manera de afrontar el ecumenismo, o cuando aborda el diálogo con la modernidad y las religiones no cristianas. Por eso, su estilo siempre suave en las formas va de la mano de la firmeza en el fondo, cuando pide por ejemplo que cese la persecución a los cristianos en países musulmanes, o respeto a la naturaleza del matrimonio en Occidente. El diálogo, ha dicho el Papa, implica discutir las «diferencias con calma y claridad», sin temor a la verdad. Contrasta ese planteamiento con la protesta histérica de algunos, cada vez que el Papa pone ciertas verdades encima de la mesa. Se les llena la boca de la palabra diálogo, pero intentan a toda costa acallar la voz de la Iglesia.


