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Para una buena navegación: oración para antes de usar internet
Una oración orienta nuestra vida precisamente hacia el bien porque nos hace ponernos en la presencia de Dios y actuar en consecuencia


Por: Jorge Enrique Mújica | Fuente: Catholic.net



Una de las consultas más frecuentes que suelen llegarme a través del consultorio en ética de las comunicaciones sociales de Catholic.net es si existe una oración para antes de comenzar a usar internet.

Dado que la petición era recurrente pensé en qué necesidad había de una oración de ese tipo. Y no tardó en llegar la respuesta: internet es un espacio para el bien o para el mal. Una oración orienta nuestra vida precisamente hacia el bien porque nos hace ponernos en la presencia de Dios y actuar en consecuencia.

Les ofrezco la oración que compuse y uso desde hace tiempo. Lo hago apenas ahora porque era algo que sólo ofrecía a las personas que me lo pedían. Pensé que tal vez puede ser de ayuda para otros. Además, algunos legionarios de Cristo me han ayudado con traducciones a otros idiomas así que no sólo puedo ofrecerla en español sino también en inglés, italiano, francés, portugués y alemán.


Oración para antes de comenzar a navegar en internet
 

Jesús,
tú has hecho buenas todas las cosas
y nos ha dado la libertad
para que pudiéramos confirmar con ella nuestra opción por ti.
Ayúdame y enséñame a usar internet
como corresponde a un apóstol que te ama:
que el tiempo que destine a la web sea para darte gloria;
que mis ojos vean siempre lo que tu verías;
que nunca pierda de vista
el hecho que detrás de cada pantalla hay almas redimidas
Que en el trato con las personas
con que entre en relación
en el ambiente digital
pueda reflejarte adecuadamente para que más te conozcan
y más te amen.
Ilumina y mesura mis palabras
a la hora de emitir juicios, hacer comentarios y ofrecer consejos
de modo que siempre pueda dejar en los corazones
el dulce olor a ti;
que una vez que termine mi navegación por internet
no conserve ni en el corazón ni en el pensamiento
algo que de ti me separe.
Jesús, finalmente, te pido que grabes en lo más hondo de mí
la certeza de que sin ti
ningún fruto para la eternidad es posible
y que haciéndolo y dándolo todo por ti y por tu Reino
no importa lo mucho o lo poco que se pueda hacer
pues eres tú quien actúa en el silencio
y así bendices nuestro apostolado.
Amen







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